Una curiosidad
te escarba el cuerpo,
una profunda
e innegable curiosidad
que te acerca
como un felino
incapaz de resistirte
(mea culpa, lo sé)
a caer en esta
tentación.
Yo esperaré tranquila
Yo esperaré tranquila
el momento de tu feliz rendición
para disfrutar
el desahogo...
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