Pero pasaste el día enviando mensajes a mi teléfono
.
me pediste que me desnudase
.
que te imaginase
que recordase cómo en nuestra cama
anteayer noche
fuimos condenados
al orgasmo
por la magia de tus manos
de tu saliva,
de tu vientre empapado
.
Fuimos condenados a morir un poco
en el vaiven de nuestros oleajes
.
.
Me pediste que recordase
cómo tomabas la semilla en tu boca
sin dejar que escapase
mi vida
mi elixir
.
.
.
Me pedías y mi pobre cuerpo,
con su inventario de 48 horas de abandono
exiliado de tu cuerpo,
recordó escuchó rememoró sintió
erectó...
.
.
Y luego yo
como me dejaste a solas
.
Fuí condenado a muerte
a solas
por la vida
que dejo escapar
.
pensando en ti.