Agradecemos a Luciana Roma por esta hermosa colaboración.
Tanto el texto como la foto son de su obra.
Él siempre despierta con su falo excitado, semi erecto, como preparado a
los placeres carnales desde la primera luz de la aurora. Incluso si la
noche anterior nos enfrascamos en interminables sesiones sexuales,
orgasmo tras orgasmo una y otra vez, sin descanso, él siempre despierta
así, como si nada fuese suficiente.
Pero bueno, somos jóvenes, vigorosos
y hermosos jóvenes, así que, ¿por qué no aprovechar que podemos dar aún
más? Oh, siempre más. Más. Más... Alguna vez oí —¿o acaso lo leí?— que
alguien dijo que el amor se muere después de la cena, y por eso hay que
revivirlo antes del desayuno.
Mi hombre parece estar listo nuevamente, así que lo invitaré
a devorarme dulcemente antes de invitarle un café.