Tu lengua juega cómplice y provoca
temblor y fiebres con que desesperas
hormona y sangre que acuden certeras
a la húmeda caverna de tu boca
Me tragas y mi cuerpo se desboca
follándote vital, con fuerza artera
para extraer la sal de mi cantera
y probar la dureza de mi broca
Te penetro al compás de mis caderas
y mi ritmo se enardece; se aloca,
galopando en tus últimas fronteras
El dulce néctar de mi cuerpo esperas...
y me derramo pródigo en tu boca
al sentir que traspaso tus barreras
Eduardo Parra Istúriz
16 / 09 / 2014