Hemos encontrado unas hermosísimas fotos de la impresionante modelo Shai'La Yvonne,
realizadas por la fotógrafo hawaiana Bailey Harada Stone.
Ante tanta belleza, buscamos un poema que hiciera honor a la mujer negra y completamos la obra con Dinquinesh, poema del camerunés Calixte Beyala.
realizadas por la fotógrafo hawaiana Bailey Harada Stone.
Ante tanta belleza, buscamos un poema que hiciera honor a la mujer negra y completamos la obra con Dinquinesh, poema del camerunés Calixte Beyala.
DINQUINESH
Soy negra, tan negra que todo se ve más claro.
Negra como las pavesas azuladas que ninguna estrella despide.
Negra de las
Áfricas, de los deseos exaltados,
de las sombras
esculpidas.
Negra de mis sueños.
Mas de esa presencia
negra brota el oro
de los universos
cálidos entre las ruinas.
Las muchedumbres
acuden prestas
a contemplar el
primer templo de los dioses.
En los esplendores
de la embriaguez,
tropieza el profeta
de la palabra,
el órgano del
trovador se desnuda,
la paleta del
pintor, por fin, enmudece,
Entre Diosa y mujer
mis días se
equilibran.
Soy el principio,
los Dioses navegan entre mis olas.
Omega de los sueños
inconfesos.
Estoy desnuda y, no
obstante, vestida de virtud.
En la medianoche de
los soles
En las olas, la espuma y las llamas,
algo resplandece,
algo brilla:
grabado en el cuerpo
del cielo centellea el ojo adorador de las multitudes
que acuden a verme
desnuda y a conocerme
en los espejos
carnales de los horizontes quebrados.
Despierta, ¡oh,
guerrero de los templos vudú!
Ensarta tu azagaya.
Vuelve hacia mí tu
rostro infantil.
Se me escapan las
palabras que se amontonan.
Dibújame el fuego,
la tierra y la revolución estelar.
Ven a mí,
embelesado, altivo, honrado por lunas y lanzas.
Bate mil vientos,
haz que tu sangre corra, más sangre.
Vuelve tu sexo,
devuélveme tus ojos en los que se perdieron
los miedos y los
odios.
Adoro ese azul del
alma en el que cabalga tu orgullo.
Magníficos son mis jardines, allá abajo, alrededor de tu muerte,
donde los rumores
palidecen, dando vida a su sombra y a su sol.
Concluye la estación
y el árbol sigue repleto de pájaros cantores y de flores.
De la cavidad más sombría de la tierra,
soy la estación sin
pesadumbre,
un anillo en el dedo del cielo.
un anillo en el dedo del cielo.
1 comentario:
Sublime Edu, cuanta hermosura
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