Hace mil años
los samurais sabían
inmovilizar al rehén
simplemente
con una buena soga
La técnica inmortal
sobrevive
y tú, apetecible rehén
llenas mi mazmorra
de aromas que incitan
al sublime arte
de poseerte
exánime
Pide, no por tu vida,

sino por tu ansiada libertad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario