Sola impulsas el canto del viento
y tu voz se hace densa y total.
Te acogió la natura en su seno
-dulce tálamo fino y preciado-
por ser Diosa terrena y astral
Mientras yo te diviso y atisbo
una herida de cruel animal,
ya me lanzo desnudo al abismo
por honrarte y sanar esa herida
que aniquila tu esencia vital

Me detengo a tus pies, admirado:
tu belleza es completa y total.
Esculpida al cincel del pecado
un ardor mineral y profundo
me subyuga en tu miel y tu sal

Y me urges al ritmo afiebrado
y mi lengua diluye tu mal
y me gritas desnuda que el hado
vino a hacerte fuego entre mis labios
y me quemas, princesa vestal

Y te aturde un éxtasis, un duelo
y te mueres de sed vegetal;
y semillas y jugos del suelo
sustituyes con savia del macho
y se cierra otro ciclo inmortal

En la tarde descansan los dioses;
la batalla del bien vence al mal
me deleitan tus juegos precoces
y me dejo, feliz, conquistar
cuerpo y alma tu Reino, al final
Poesía: Eduardo Parra Istúriz
Fotos: Héctor Noriega
Fotos: Héctor Noriega
3 comentarios:
Me encanto!!!
Buena
Buena
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